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Cuentos y relatos de un nuevo mundo

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Tormento I

El comienzo de esta historia transcurre durante el mes 2 del año 27 (años 781-784 aprox en tiempo prístino) del Waki-Reya.



Decenas de miles de meses(años en tiempo prístino) después del gran impacto de la luz blanca, la humanidad había vuelto a renacer. Las ciudades se alzaron de nuevo, y los ríos del comercio y la cultura volvieron a fluir.


La fauna y flora habían cambiado radicalmente, las criaturas más increíbles y jamás soñadas caminaban por la nueva tierra, mientras, las antiguas bestias del antaño mundo, ahora eran solo mencionadas en mitos y leyendas. No solamente lo vivo había dado un vuelco, también los recursos y los minerales habían mutado. Los que antaño eran considerados preciosos y valiosos, ahora se utilizaban para las construcciones más rudimentarias. En cambio, aquellos que se arrojaban como simple basura, ahora eran deseados por todos.


En una de las grandes ciudades se hallaba la cárcel más grande y protegida de la historia. Esta prisión, conocida como Uskimgat(*), retenía a los criminales más sádicos y peligrosos de la época. En la celda 37.428 se hallaba el prisionero número 732.520, aunque todos lo conocían como "Veinte". Cada pabellón contaba con unos cien presos, así que solían ser apodados por sus dos últimas cifras; no daba tiempo a idear apodos más elaborados, pues la mayoría de los presos eran trasladados constantemente de pabellón en pabellón. Se debía, a que, en seguida, los presos se enfrentaban unos con otros, y si no los separaban se acababan matando.


Pero no fue así con Veinte. Desde que llegó a Uskimgat no se metió en ningún problema y no se hizo notar demasiado. Jamás lo trasladaron de pabellón, pero, cualquiera de los presos inexpertos que intentaba aprovecharse de su quietud, desaparecía a los pocos kóef sin explicación. Ni siquiera la brigada de guardias, infiltrados como presos, que se dedicaban a detectar y desmantelar clanes en la prisión, supo nada de las desapariciones.


No se podía trasladar a un preso sin pruebas concluyentes de un mal comportamiento, así que, nunca trasladaron a Veinte. En cambio, los interrogatorios eran más comunes; no se necesitaban pruebas, bastaba con que un guardia pidiese una orden a su oficial superior. Este último debía cumplir una cuota de estas órdenes cada día (un día equivale en tiempo a un mes del mundo prístino), así que ni siquiera preguntaban quién era el preso, simplemente firmaban la orden y se olvidaban del tema.


En este campo, Veinte ostentaba un récord, era el preso que más interrogatorios había recibido, y el que menos hablaba cuando lo interrogaban. Incluso, superaba al viejo Treintaiuno "el deslenguado", y eso que al pobre le cortaron la lengua nada más nacer.


Los guardias más expertos se deleitaban buscando nuevas formas de torturar a Veinte, y ya era casi como un rito de iniciación para los novatos intentar sacarle algún sonido o palabra a Veinte.


Pero Veinte siempre permanecía callado. En cada tortura, cada minuto(29 minutos aprox en tiempo prístino) y cada gnomon(29 segundos aprox en tiempo prístino), siempre mantenía la cabeza alta, la boca sellada y la mirada fija en sus torturadores. La peor tortura concebida jamás por el hombre era a su vez la que más gente probaba en el cuerpo de Veinte, el proceso consistía simplemente en bañar todo el cuerpo en "miel escarlata"(*); una sustancia elaborada por las abejas vampiro, que habitan tras las cascadas al este de la selva Uñupúgibu.


Las abejas productoras de esta miel se alimentan solo de la sangre de animales muertos y de plantas tóxicas de la zona. Debido a esto, la miel adquiere un color rojizo y se vuelve menos translúcida; aparte, adquiere características de las toxinas de las plantas ingeridas. Nada más colocarse sobre la piel, la miel empieza a devorar la epidermis. Pasados unos minutos, la zona afectada se torna en carne viva y a través de los poros se empieza a expulsar pequeñas cantidades de sangre. La roja carne que se muestra tras la epidermis empieza a verse afectada por las toxinas de la miel, la reacción produce una sensación de ardor indescriptible, y al mismo tiempo, por el calor de la reacción, tus propias gotas de sangre empiezan a evaporarse en una nube escarlata que, por supuesto, también contiene toxinas de la miel. Pero no termina ahí, los vapores venenosos al ser respirador encharcan los pulmones con la sangre que contienen, y luego generan alucinaciones en la mente del sujeto.


Después de este proceso, cuando el sujeto deja de inhalar los gases, la sangre se coagula dentro de los pulmones, haciendo que apenas pueda respirar en unas 12 horas(aprox un par de semanas en tiempo prístino). Lo peor es que en realidad esta tortura no daña ningún órgano vital aparte de tu piel. Ya que, los pulmones, pasadas las 12 horas(aprox un par de semanas en tiempo prístino), se recuperan rápidamente tras expulsar toda la sangre. Así que lo verdaderamente terrorífico de este tipo de tortura es que se puede llevar acabó cada 12 horas(aprox dos semanas en tiempo prístino), sin que haya peligro de que el sujeto muera.


Los torturadores más experimentados no usan la miel exclusivamente, sino que combinan la miel con diferentes utensilios de tortura, embadurnan las máquinas de tortura ya existentes para crear un efecto aún más devastador. Siempre se ha dicho que el mejor torturador es el que más deja volar su imaginación.


Veinte, pasó muchos meses(años en tiempo prístino) siendo torturado sin descanso, su fuerte resistencia hacía que solo necesitase una noyimia para expulsar toda la sangre de sus pulmones, evidentemente esto aumentaba el número de torturas realizadas cada 6 horas(aprox una semana en tiempo prístino). Pero a Veinte no parecía importarle, nunca hubo ninguna queja o resopló, nunca se oyó grito ni palabra, y desde luego, nunca se olvidó de la cara de cada uno de sus torturadores.


Sin embargo, algo sucedió en una de las torturas. A la prisión llegó una mujer, era una esbelta y alta mujer de cabellos negros; había sido nombrada capitana de la guardia de los pabellones pares del 1530 al 1450. Al parecer, la mujer gozaba de una buena posición social, y haciendo uso de ella, pidió ser capitana de ese rango de pabellones. Nadie lo sabía, pero ella realizó esta petición con una única intención, encontrar a Veinte, encontrar al hombre que podía resistir cualquier dolor, encontrar al que una vez fue su prometido.



Raclul dijo: "Que tus actos sean causa, no causados".

También dijo: "Esta historia aún está por terminar".



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Uskimgat: 1ª derivación: (Alcatraz).


- Uskimgat se ubica muy cerca del Desierto Escarlata, durante mucho tiempo fue considerada la prisión más grande y cruel del mundo. Dentro de ella hay establecida una comunidad entera, hay territorios de bandas, comercio interior, contrabando de armas y drogas. Incluso, los presos desempeñan una serie de oficios, y, la moneda de cambio para estos oficios, es el kilo de hueso humano.



Miel escarlata: No está derivada.


- Sustancia viscosa de origen animal que suele emplearse en algunas torturas crueles, y en mucha menor proporción para condimentar algunos platos. Se tarda mucho en recolectarla de aquellas que la producen, pues, las abejas vampiro(*) son de temperamento fácilmente irascible, y ahí donde se posan dejan restos de las plantas que ingieren, que son tóxicas y dañinas para piel. Recuerdo que había un libro sobre un verdugo que explicaba la forma correcta de crear colmenas artificiales de estas abejas, y también de cómo recolectar la miel sin temer a los insectos que la producen. Ahora no caigo en el nombre, igual luego lo añado.



Abejas vampiro: No está derivada.


- Son insectos similares a unos que revoloteaban de flor en flor en el mundo prístino. Entiendo la razón por la que la Primera Dama quiso que existiera algo similar a las abejas en el nuevo mundo, pero, a mí me siguen sin gustar. Estas abejas suelen vivir en climas cálidos y húmedos, hacen sus panales en los huecos tras altas cascadas, y solo 30 de ellas pueden matar a un hombre adulto. Lo peligroso de las abejas vampiro es la dieta que siguen; normalmente se nutrirán de la sangre de seres vivos muertos, pero si uno se queda muy quieto, o si se las enfada demasiado, no les importará hincarle el diente a algo que respire. No debes temer a una sola de estas, pero con cinco picaduras en el brazo pueden dormírtelo. Se han oído historias de personas, normalmente exploradores incautos, que se ponían a descansar cerca de una de las cascadas con un panal de abejas vampiro, y que se dormían profundamente para luego despertar ante un terrible final. Se despertaban con unas pocas decenas de abejas encima, y se daban cuenta de que no podían mover apenas ningún músculo. Descubrían que las abejas habían comenzado a consumir su sangre, y que se quedarían despiertos y conscientes durante todo el proceso. Las abejas vampiro no consumen tu sangre rápidamente, así que, si esto te ocurre, seguramente pases varios kóef tendido en el suelo mientras esperas a que algo ocurra y las abejas vampiro se marchen para que puedas reponerte de su veneno anestesiaste, sino, solo te queda mantener la calma hasta morirte por deshidratación.

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“Que tus actos sean causa, no causados”
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