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Escarceos

Página 1

15/8/2024

Los cuadros y pinturas son el mundo real. El mundo real es en verdad falso. Si compusieras una canción y cada nota fuera una mentira salida de mi boca, el silencio sería tan abrumador que te volverías loco.

Forjé y cuidé de una espada de bronce. Es fácil hacerla de hierro y que sea considerada duradera, pero con el bronce es más complicado. La afilé, traté, amolé, y consumí su ira. El espadachín que me la robó me dijo que él estaba destinado a empuñar el arma, que era la respuesta a sus plegarias. Con ella en sus manos se volvió más fuerte que nadie, y, tras derrotar a incontables enemigos, se dedicó al dibujo rápido e improvisado de sus memorias en el combate.

Un día, una gota de agua salió del mar salado, del mar que nace en duras rocas y es temperamental. La gota se posó sobre la frente del espadachín, que ahora era famoso por ser un gran maestro de los cuadros y pinturas. La gota le reveló al espadachín su auténtica forma; era un espíritu de la muerte y las mareas. Una bella dama con la que todos los hombres fuertes desean relacionarse. Para muchos, coexistir con este espíritu es su razón de ser y de moverse. La dama era tan fina y recatada como las espadas a las que estaba acostumbrado aquel hombre, pero podía tornarse en herramienta de separación y desgracia si así lo decidía.

La dama le dijo al hombre que juzgaría sus actos, pero, sobre todo, la veracidad de sus palabras. El hombre aceptó sin miedo y sin esperar nada a cambio. La dama proveniente de la gota de los mares se dispuso a tocar una hermosa canción que delataría todas las faltas de honor y sinceridad de aquel hombre pintor y espadachín. Pero, ningún sonido fue producido.

La dama se sorprendió mucho, y felicitó al hombre por su buen equilibrio entre fuerza de voluntad e interacción con otros humanos. El espadachín, sin embargo, ahora no estaba complacido.

El espadachín esperaba oír una excelsa melodía, eso era lo que la dama de la gota de agua le había dicho. Y eso fue lo que le exigió al espíritu.

El espíritu no pensó que le debiera nada a aquel hombre, pero decidió hacerle caso para luego tenderle una trampa. Le dijo que tocaría la más bella de todas las canciones si antes el hombre se hería a sí mismo en la palma de la mano. El hombre aceptó y se rajó su mano izquierda. Entonces la dama tocó una hermosa melodía. Pero, el hombre le dijo que no era la más bella que había oído, que su mujer, antes de fallecer, tocaba con mayor arte. El espíritu le dijo entonces que tocaría algo mejor si se atravesaba el estómago con una espada. El hombre hizo de nuevo lo que dijo el espíritu, y se hirió de muerte. El espíritu volvió a tocar, pero el hombre siguió insistiendo en que no era lo suficientemente bello. Y así continuaron por un largo rato: el espíritu le pedía que se hiciera más cantidad y más graves heridas, y el hombre continuaba con la idea de que ya había oído mejores canciones.

La dama nacida de la gota del agua reveló en ese momento su verdadero plan. Cuando el hombre ya estaba tan débil y magullado que apenas podía moverse, la dama le dijo al hombre que había sido un necio por herirse a sí mismo de ese modo, que su único objetivo era llevárselo al mundo de los espíritus para permanecer ahí eternamente. La dama le dijo que ese era su cometido en el mundo; llevarse a los mentirosos a un infierno preparado para ellos, pero que como él no había mentido no podía llevárselo sin antes causarle la muerte. El hombre comprendió el objetivo del espíritu, pero, sonrió y le contestó: "Acabo de mentirte. Por primera y última vez, he engañado a alguien". La dama no comprendió, y el hombre le siguió explicando: "Jamás había oído canciones tan bellas como las que me has hoy tocado, pero gracias a esa mentira he podido escuchar más que nadie". Entonces, la dama se entristeció mucho por conocer la verdadera naturaleza del hombre al que había forzado a matarse, y le preguntó: "¿Por qué has querido mentir justo al final de tu vida en este mundo?". Él le contestó: "Estoy enfermo desde hace tiempo, apenas me quedan unos días de vida. En verdad nunca me he casado ni tenido descendencia. Por todo esto, permíteme que se haga realidad mi última voluntad". El espíritu de la gota de agua le preguntó: ¿Cuál? Él dijo: "Llévame al mundo de los espíritus, cásate conmigo para adquirir tu fuerza y enseñanzas. Y toca para mí esas bellas melodías mientras enfrento a enemigos más fuertes de los que pueda encontrar en este mundo".

La hermosa dama de la gota de agua volvió a conmoverse y aceptó la petición de aquel hombre.

Desde entonces, el espíritu del hombre vaga entre los pliegues del mundo de los muertos. Convive, aprende, y batalla con los espíritus; y de vez en cuando se deja ver de nuevo en su mundo natal para adoctrinar a aquellos que quieran seguir sus pasos.

14/8/2024

En el futuro, en un tiempo y mundo remotos, es necesaria una gran habilidad y precisión para fabricar y confeccionar simples asientos. En esta situación, un hombre honrado se ganaba la vida construyendo y vendiendo bellas sillas y sillones. El hombre tenía un enemigo natural, unas aves de plumas rosadas que agujereaban la madera de sus creaciones para poder colocar sus diminutos huevos.

Las aves rosadas iban y venían durante todo el día y toda la noche, incordiaban al hombre y no le dejaban lucirse en su oficio. Llegó hasta tal extremo, que el pobre hombre murió de hambre por no poder hacer sillas en condiciones. Nadie le compró sus agujereadas sillas, y eso hizo que no tuviera nada que echarse a la boca.

El hijo de aquel hombre aprendió el mismo oficio que su padre, pero no permitiría que la debilidad de su padre le afectase a él también. Fabricó una silla enorme, la más grande que jamás se haya podido ver, y la dejó en la entrada de una oscura cueva. Las aves rosadas, atraídas por la increíble manufactura del objeto, fueron rápidamente a agujerear dicha silla. Cuando ya estuvieron envueltas en su tarea, las aves se sorprendieron de que la silla se moviera lentamente. Era el hijo del hombre que murió de hambre, que había atado la silla a un fuerte mecanismo dentro de la cueva. Muy poco a poco, la silla se fue introduciendo en la cueva, y las aves cada vez más iban siendo tragadas por esa misteriosa oscuridad. Cuando las aves ya estuvieron en el interior de la húmeda caverna, el hijo salió corriendo y derribó dos pequeños pilares de madera vieja que soportaban el peso de unas rocas en la entrada. Las rocas cayeron y obstruyeron el umbral de paso a la cueva, encerrando de este modo a todas las aves rosadas.

El hijo tenía pensado dejar ahí a las aves para que se muriesen todas de hambre, pero escuchó algo que le hizo cambiar de opinión. Un llanto de un niño, un grito de socorro de un bebe, ese horrible sonido resonaba en el interior de la cavidad que él había cerrado. El hijo del constructor de sillas se preocupó mucho e intentó abrir un hueco entre las rocas para poder ver donde estaba el bebe que había encerrado en la cueva.

Tardó mucho en conseguir abrir de nuevo la cueva. Cada día iba a la entrada sellada y movía solo unos ápices toda la gran montaña de rocas, durante todo ese tiempo el bebe no dejó de llorar. En el momento en el que cueva volvió a abrirse, una gran pesadilla fue liberada.

Las aves rosadas habían empleado la gran silla de madera para reproducirse y poner muchísimos huevos, una nueva generación de aves nació, pero estaban a punto de morirse por inanición. Tras desbloquear la entrada a la cueva, las aves salieron corriendo en busca de comida. Mientras las aves salían volando, el hijo del hacedor de sillas entró rápidamente y buscó a aquel bebe que aún lloraba.

El hijo se dio cuenta de una terrible realidad, el sonido del llanto similar al de un bebe era un sonido común que hacían aquellas aves cuando se sentían en peligro; era un mero mecanismo de defensa. No había nadie en peligro dentro de la cueva.

El que debió recoger el testigo del fabricante de sillas se veía ahora confundido ante la nueva situación. Salió de la cueva con malestar y hastío, y comprendió que las consecuencias de su mala decisión no habían aún acabado. Las tierras, las plantas, y los árboles cercanos estaban ahora llenos de aves rosadas. Una nueva plaga se había formado, una que arrasaría toda la zona comarcal.

Por culpa de la mala fortuna, y la compasión apresurada y emocional, el hogar del hijo ahora sería destruido. Ahora, simplemente porque no todas las historias acaban bien, muchos más de los que el destino tenía planeado morirían de hambre y enfermedades.

13/8/2024

La rata que pudo ver cómo el amor florecía entre dos personas opuestas, esta rata ahora se dedicaba a tocar la flauta. Tocaba en las calles lluviosas de la ciudad de piedra para que la gente le dejase algo de comida. No tenía mucho éxito, algunos días no podía comer más que pan sucio y medio podrido. Cada día pasaban muchas personas por donde la rata tocaba la flauta, pero nadie se paraba a pensar lo mucho que significaría para la rata que alguien se detuviera y le hiciera algún favor, incluso si solo era para charlar un rato.

Un día, otra rata se acercó a donde estaba la primera. Le dijo que no debía intentar conseguir la comida de ese modo, que el mundo era demasiado cruel como para esperar a que las cosas se te dieran. Le dijo que si quería comida debía ir a conseguirla. La rata que tocaba la flauta le pregunto cómo podía hacer eso, ¿cómo podía ella conseguir comida? A lo que la otra rata contestó: "Solo debes ir a algún local y robarla, nadie se dará cuenta y tú podrás darte un buen banquete". La rata de la flauta le agradeció el consejo, pero le dijo que no quería robar, que seguiría trabajando para poder conseguir comida.

Cada rata siguió su camino y estilo de vida, la de la flauta siguió pasando hambre y haciendo música en las calles. Y la segunda rata se centraba en divertirse y en robar toda la comida que pudiera. En un momento dado, la segunda rata fue descubierta durante uno de sus pillajes, y fue encarcelada con otras ratas a la espera de su condena a muerte. La rata ladrona esperó en el contenedor de plástico transparente en el que la habían encerrado, y ahí paso los que pensaba que sería sus últimos días de vida. No se arrepintió de su estilo de vida, tan solo se sentía mal porque la hubieran conseguido atrapar.

Justo el día en el que iban a echar raticida sobre el contenedor para acabar con la plaga, la rata ladrona recibió una visita. La primera rata, la rata flautista, habló con la rata que iba a morir. La rata flautista estaba ahora limpia y bien peinada, sus dientes eran blancos, y su flauta ya no era de madera, sino de fina plata. La rata ladrona le advirtió a la rata de la flauta, le dijo que se fuera, que si la veían cerca del contendedor de plástico pensarían que también debía ser ejecutada. La rata de la flauta le dijo que no se preocupase, que ahora era la mascota de un hombre adinerado que había apreciado su arte musical en las grises calles de la gris ciudad. Desde entonces, la rata flautista había estado tocando en grandes conciertos, y había sido expuesta como un fenómeno de la naturaleza.

La rata ladrona se maldijo por dentro, se dio cuenta de cuál había sido su error. La rata condenada había centrado sus esfuerzos en el placer momentáneo, y no había capaz de tener una visión de futuro. Prefirió saciarse en el momento presente a reservarse un poco para multiplicar sus bienes más tarde.

La rata flautista tocó una última melodía para la rata que iba a morir, para la rata que ahora sí se arrepentía de sus actos. Pero, gracias al buen corazón esperanzado de uno de los verdugos, la música salida de la flauta cambió el destino de todas aquellas ratas.

La canción de la flauta fue tan hermosa, que los ejecutores humanos decidieron adoptar a las ratas condenadas para comprobar si alguna otra podía desarrollar semejante talento. Finalmente, la rata ladrona dejó de robar, y siguió los consejos de la rata flautista para convertirse en otra virtuosa de los artes de este mundo.

12/8/2024

El lector de libros, que no comprende ninguno de los mundos que germinan en lo profundo de su psique, que jamás escribe y solo se deleita con el trabajo de otros.

¿Quién se piensa que es? Creo que piensa que puede vivir siendo azote de causas mayores, JA. ¿Acaso ha llegado a la conclusión de qué no puede controlar lo externo? No, no habrá llegado tan lejos. No habrá ni tan siquiera meditado sobre este asunto. Sus días pasaron uno tras otro como anillos de un tronco, como sueños en la noche previa a una boda. En ningún momento cayó en la cuenta de hasta donde alcanza su potencia.

El lector de libros acabó por confundir la realidad y la ficción, incluso leyó escritos sobre este asunto, pero los protagonistas no acababan mal parados, y así siguió en su autoconvencimiento ilusorio. Hasta que un día la vida le requirió que él fuera causa de otras consecuencias, entonces se dio cuenta de lo perdido que estaba. No consiguió realizar la tarea que pretendía, pero entendió que no se debía a su imaginaria impotencia, que era culpa de su poca destreza en ese nuevo oficio.

Así, el lector de libros aprendió de su fracaso y dejó de leer libros. Comenzó a escribir, a moldear, a cambiar su vida, realidad, y destino, para que fueran tal cual él los quería. Apuntó cada idea en una libreta de cuero, porque su memoria estaba atrofiada por desuso (mal huso más bien), porque había pasado demasiado tiempo equivocado. Tras escribir ingentes cantidades de ideas y conceptos, un día decidió volver a leer lo que fuertemente le recomendaron. Se sorprendió de ahora ser capaz de leer mejor y más rápido. Habiendo compuesto oraciones y narrado historias, ahora veía literatura oculta para otros. Apreciando mucho mejor que los demás el sentido de lo que leía, entendió que esto no se aplicaba exclusivamente al paradigma en el que era experto.

Deleitándose en esa superioridad, estudió todas las artes conocidas, y más importante aún, creo obras en ellas. Cada vez que era partícipe de la creación, entendía un porcentaje mayor de todo lo que le rodeaba, y esa comprensión le invitaba a adentrarse en nuevas perspectivas artísticas.

Este arte nunca se acabó, siempre hubo campos por explorar, pero esto no era malo. Con esta nueva visión del mundo y la realidad, aceptando que todas sus limitaciones eran autoimpuestas, realmente sintió algo parecido a lo que siente todo ser creador. Entendió que esa era la esencia de la vida, que ese era el sentido de que su voluntad existiera.

11/8/2024

Anoche soñé que conocía a una mujer en un tren, era más o menos de mi edad, y enseguida nos hicimos amigos. La reconocí porque la había visto en algunas series o películas, era una actriz joven que intentaba no verse demasiado afectada por el repentino éxito que estaba teniendo. Mucha gente la criticaba, pues su personalidad en la vida real era menos dulce y más agresiva que la que había adquirido en sus diferentes papeles. Ella iba cada día a su casa en aquel tren, y me quedé impactado al comprobar que su rostro era el más sincero que jamás hubiera podido conocer, era el que mejor comunicaba su profunda tristeza.

Estuvimos hablando mucho los próximos días, y, por ambos comprender una parte del otro, nos acabamos enamorando. Justo en ese instante, cuando nos confesamos mutuamente nuestros sentimientos, ella se recostó sobre mi hombro y yo empecé a soñar.

El sueño que tuve fue extraño. Esta chica y yo nos habíamos ido de vacaciones por algunas costas de Europa, estábamos visitando un castillo cerca del mar, y ambos nos lo estábamos pasando muy bien. En un momento dado, ella se separó de mí para ir a mirar más de cerca el interior del castillo. Mientras esto sucedía, un hombre se acercó a mí y me recordó porque estaba allí. Me dijo que no estaba de vacaciones, que mi objetivo era conseguir que la chica que conocí en el tren confesase un asesinato. Recordé entonces lo que debía hacer. La chica, mi nueva pareja, era la principal sospechosa de un asesinato que se cometió hace unos años. Por la situación sobrenatural del crimen, yo fui encargado para establecer una relación amistosa con esta chica y conseguir de ella una confesión. Pero, ahora estaba enamorado de ella.

Fui rápidamente a hablar con ella, y le conté quién era en realidad y cuáles eran mis objetivos. También le dije que nada de eso me importaba ahora, que ahora solo quería ser feliz junto a ella. Ella no se lo tomó a malas, me besó en la frente, y me dijo que ella no cometió el asesinato voluntariamente, que fue culpa de un conjuro. Yo no lo comprendí en aquel momento, pero me alivió saber que ella nunca pretendió asesinar a nadie.

Llegó entonces la hora tardía, el sol se puso, y como yo ya no estaba dispuesto a seguir con mi misión, todo un grupo de miembros policiales apareció para llevarse a la chica. Cuando se formó un buen revuelo por la operación, un hombre, de ojos naranjas y con un tatuaje de una lanza dorada de dos hojas en la espalda, pronunció el nombre de la chica. En ese momento, mi actual pareja sintió una ira absoluta y oscura, y arrasó con increíble poder toda la zona. Mató a cientos.

Desperté del sueño en el tren. Me quedé muy a gusto después de comprobar que todo había sido una simple pesadilla. Los años pasaron, y todo comenzó a acercarse, extrañamente, a ese sueño que tuve aquel día en el tren. Cuando ya no hubo duda, y todo se mostraba ante mí del mismo modo que en aquella mala experiencia, me vi obligado a realizar un triste acto.

Cuando ella se separó de mí para ir a observar el interior del castillo, me fui con ella esta vez. En un atisbo, pude oír cómo el hombre de los ojos naranjas me decía que sabía lo que estaba intentando evitar. Me confirmó que solo había una posible escapatoria a la destrucción que estaba por empezar. Hice un esfuerzo por vaciar mi mente de todo pensamiento, expulse todo sentimiento de mi ser, y, maté a mi novia.

Sé que estoy condenado a sufrir demencia, pero hay algo que nunca cambiará en mis recuerdos, algo que nunca será eliminado de ellos. Su rostro, no recuerdo su rostro en ninguna de mis memorias, salvo en aquella última. Su mirada era de incertidumbre, como si no comprendiera por qué le estaba arrebatando la vida. Sus ojos se humedecieron, pero no lograron a solar ninguna lágrima. Y con la sensación de que yo la había traicionado, se fue de este mundo para nunca regresar.

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“Que tus actos sean causa, no causados”
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